Atar y deshonrar

Ese día me sentía muy malhumorado. No quería hacer nada más que acostarme en la cama después de todos esos exámenes. Pero mis padres me obligaron a ir con esa maldita tutora. Era la clase de lengua y literatura rusa. Mi tutora era una mujer muy sexy y delgada, que se veía muy bien para su edad. El único problema era que estaba molesto después de los exámenes, así que vine con un plan para seducirla.