Charlie Forde ingresa al dormitorio de su hijastro Ricky para recoger objetos, incluyendo una foto de su madre fallecida, generando la ira de Ricky al descubrir la caja. A pesar de sus intentos de justificarlo como parte de la limpieza, Ricky siente que la presencia de Charlie está vinculada a la pérdida de su madre. Más tarde, Charlie se infiltra en la habitación de Ricky mientras duerme y se comporta de manera inapropiada, haciéndole confesiones sobre su interés en él. A medida que avanza la situación, Ricky se encuentra confundido y asustado, y aunque intenta resistirse, se siente atraído por Charlie. La situación se vuelve cada vez más tensa y tabú.