A él le da vergüenza que ella lo toque, como si fuera un pellizco anticuado en la mejilla, e incluso Jennifer se siente un poco avergonzada cuando coquetean. Se disculpa y dice: «Debería hacer algo de trabajo», pero inmediatamente cambia de opinión y se sientan juntos en el sofá.Ella toma su mano entre las suyas y su charla juguetona se reanuda, con Ricky refiriéndose a ella en tercera persona: «Una señora con la que vivo no deja de hacerme empujar pianos. Lo siento, solo quiero ser una buena persona», y sale del escenario por la izquierda, dejando a Ricky solo en el sofá para reflexionar.Esa noche, ella está dormida en la cama, cuando Ricky se cuela en su dormitorio.