Jessa Rhodes está luchando con la atracción que siente por su nuevo hijastro, Lucas Frost. Cuando Lucas se acerca a Jessa en uno de sus momentos más vulnerables, ella confía en él y acepta el consuelo que le ofrece. Ella acepta pasar el rato con Lucas tan pronto como termine de ducharse con el sudor de su entrenamiento. Sin que ella lo sepa, Lucas abre la puerta para poder espiar a su sexy madrastra mientras se viste lentamente.